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Por Osang Langara

Un murmullo de esperanza y emoción llenó la espaciosa sala cuando a finales de mayo, mujeres de todo el país llegaron a la Conferencia de Mujeres (Rembuk Perempuan) en Bekasi, Indonesia. El evento, organizado por el Consorcio We Lead, reunió a un grupo diverso de 100 mujeres, incluidas ulemas (eruditas musulmanas), mujeres indígenas, trabajadoras, jóvenes, académicas y trabajadoras de ONG para discutir una agenda de mujeres antes de la elección 2024.

La sensación en la sala era clara: el cambio se acerca y sucederá cuando las mujeres se unan. Como señaló Desti Murdijana, Coordinadora del Programa JASS en Indonesia: “Independientemente de quién se convierta en el futuro presidente, tenemos que asegurarnos de que se escuchen las voces de las mujeres y de que nuestra agenda de mujeres se ponga sobre la mesa. Sólo podremos lograrlo trabajando juntas”.

Durante los tres días juntas, las participantes elaboraron una agenda de 10 demandas que articula las aspiraciones y necesidades de las mujeres y la comunidad LGBTQ+. “Tenemos tantos sueños para las próximas elecciones. Queremos que las mujeres y las infancias estén protegidas en toda Indonesia, queremos el fin de la explotación de nuestros recursos naturales, queremos igualdad. Tenemos 10 demandas como nuestra Agenda de Mujeres para las próximas elecciones. Juntas las impulsamos para que se hagan realidad”, expresó una dirigente.

Codirigido por JASS Sureste Asiático e Hivos Sureste Asiático y apoyado por Global Affairs Canada (GAC), el consorcio We Lead desafía y contrarresta el impacto negativo y la influencia de los fundamentalismos religiosos en las libertades de las mujeres. We Lead, que opera en 14 provincias de Indonesia, está formada por 7 organizaciones de derechos de las mujeres compuestas por 200 grupos comunitarios de mujeres. Estas organizaciones principales son el  Instituto Fahmina, el Foro Aktivis Perempuan (FAMM Indonesia), Perempuan Mahardhika, Rahima, y Rumah KitaB. En cinco años, el consorcio ha desarrollado narrativas y regulaciones islámicas favorables a las mujeres en las instituciones islámicas y ha apoyado a las defensoras de los derechos humanos que se oponen a la apropiación de tierras.

El panorama político de Indonesia

Indonesia celebrará sus elecciones generales el próximo año, en las que se determinará su próximo presidente, vicepresidente, Asamblea Consultiva del Pueblo (MPR), incluida la Cámara de Representantes (DPR) y el Consejo Representativo Regional (DPD), así como los miembros legislativos locales. Con un total de más de 204  millones de votantes registrados, los jóvenes representan el 52 por ciento, lo que hace que conquistar a los millennials y a la Generación Z sea fundamental en las elecciones recientes. Con varias candidaturas en proceso de cambio y cambiando diariamente, los analistas predicen una intensa competencia e imprevisibilidad en las próximas elecciones.

Indonesia, como la nación de mayoría musulmana más grande, es vista a menudo como un país moderado que defiende la libertad religiosa. Sin embargo, el gobierno rara vez aborda las preocupaciones sobre el creciente fundamentalismo, la disminución de los derechos de las mujeres y las personas LGBTQ+, el aumento de la violencia de género y el limitado compromiso político de las mujeres. La población también enfrenta desafíos socioeconómicos apremiantes, incluidos servicios sociales inadecuados, desempleo y los impactos de grandes proyectos extractivos en las comunidades. El país, como gran parte del mundo, se está recuperando de las consecuencias económicas del Covid-19 y ha tenido el mayor número de muertes por Covid-19 en el sudeste asiático. Las repetidas recesiones han provocado un aumento de las tasas de pobreza en los últimos años.

Movilización en Torno a las Elecciones

Dadas las realidades actuales de Indonesia, las integrantes del consorcio We Lead son conscientes de que las elecciones no son una solución mágica que traerá un cambio duradero, pero ven una oportunidad para movilizar a las mujeres de las comunidades para que asuman un papel activo en el cambio de la sociedad. “La conciencia política de las mujeres y los grupos marginados es muy importante. La mayoría de las veces nos sentimos intimidadas por los procesos políticos, pero tenemos que darnos cuenta de que siempre podemos colaborar con otros grupos y organizaciones como parte de nuestra estrategia colectiva”, dijo una defensora indonesia de los derechos humanos durante una discusión grupal en la Conferencia de Mujeres.

También ven el potencial de llamar la atención de los candidatos electorales sobre las necesidades y demandas de las mujeres. “Lo que podemos ver es que diferentes organizaciones pueden utilizar una voz compartida para abordar un solo tema. Este es un importante punto de aprendizaje para todas nosotras: trabajando juntas desde una voz compartida, podemos lograr un objetivo común”, dijo Tunggal Pawestri de Hivos Sudeste Asiático. Desti Murdijana se hace eco de esta observación: “Este es nuestro nacimiento y nuestro nuevo comienzo. Así es como analizamos cómo podemos trabajar juntas en 199 comunidades de Indonesia”.

¿Qué quieren las mujeres indonesias?

We Lead destaca que las elecciones pasadas provocaron polarización no sólo en la sociedad indonesia, sino también en el movimiento de mujeres. Para abordar esto, el consorcio pretende utilizar la Agenda de las Mujeres desarrollada conjuntamente, involucrando a representantes locales y nacionales para construir unidad y superar las divisiones dentro del movimiento de mujeres en el período previo a las elecciones de este año. También pretende utilizar la Agenda de las Mujeres como herramienta de promoción para exigir responsabilidades a los líderes electos. A continuación, se presentan las 10 demandas de las mujeres que forman la Agenda de las Mujeres de Indonesia para las elecciones:

  1. Garantizar la protección de las mujeres y las infancias. Exigimos que las mujeres, los niños y niñas y los grupos marginados sean liberados de diversas formas de violencia. Alentamos el desarrollo y la implementación de políticas sensibles al género, la abolición de regulaciones locales discriminatorias, el desarrollo de un plan de estudios educativo con justicia de género y la prestación de servicios que favorezcan a los sobrevivientes de la violencia, incluida la provisión de casas seguras y la provisión de Presupuesto adecuado para los servicios y recuperación de los supervivientes.
  2. Poner fin a la explotación de los recursos naturales. Exigimos el fin de la explotación y extracción de los recursos naturales de Indonesia y, en cambio, alentamos la protección de estos recursos naturales, ya que son la fuente de sustento de la población local. También exigimos el reconocimiento de la propiedad local de la tierra. Fomentamos la recuperación de tierras ancestrales, programas de reforestación y otras iniciativas que apoyen la sostenibilidad forestal y la biodiversidad. También alentamos la ratificación del Proyecto de Ley de Pueblos Indígenas.
  3. Proporcionar servicios básicos que sean de fácil acceso. Exigimos la prestación de servicios básicos que sean inclusivos y asequibles para la comunidad, especialmente en islas remotas. También exigimos la presencia de instituciones de educación formal que acepten a mujeres que tuvieron que abandonar la escuela, para que puedan continuar su educación hasta la universidad, y la disponibilidad de un presupuesto dedicado al desarrollo de capacidades de las mujeres y otras personas marginadas, con el objetivo de que se conviertan en impulsadoras de los avances de los derechos de las mujeres y las infancias.
  4. Hacer realidad el derecho a un trabajo digno. Exigimos el cumplimiento del derecho al trabajo decente de las mujeres a través de la implementación de políticas con perspectiva de género que brinden igualdad de oportunidades para que las mujeres asuman puestos directivos, políticas que tomen medidas contra los perpetradores de violencia en las empresas y políticas que garanticen los derechos de la maternidad de las trabajadoras.
  5. Abordar seriamente el extremismo. Exigimos un enfoque más serio y sistemático para abordar el extremismo, incluso integrando la perspectiva de género en las políticas antiterroristas, así como eliminando o rechazando los permisos de instalaciones públicas que fomenten nociones de intolerancia.
  6. Crear oportunidades de participación en procesos políticos. Exigimos igualdad de oportunidades para que las mujeres y los grupos marginados participen activamente en los procesos políticos sin ser discriminados, desde el nivel local hasta el nacional. Asegurar la participación significativa de las mujeres y los grupos marginados en la formulación de políticas públicas.
  7. Proporcionar un entorno de vida saludable. Exigimos un medio ambiente sano para nuestro presente y nuestro futuro: fomentamos el control de emisiones, la gestión sistemática de residuos que involucre a los miembros de la comunidad, la eliminación de actividades económicas perjudiciales para el medio ambiente, el establecimiento de un equipo de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) confiable, y la difusión masiva de campañas medioambientales.
  8. Lograr una justicia económica equitativa. Exigimos justicia económica a través de mercados fácilmente accesibles para productos locales fabricados por grupos de mujeres, instalaciones de producción que puedan ser administradas por mujeres, mejoras en la función de las instalaciones públicas para aumentar la capacidad económica de las mujeres y provisión de espacios para que las mujeres ejerzan su independencia económica.
  9. Crear infraestructura amigable y segura para las mujeres. Exigimos una infraestructura que sea amigable y segura para las mujeres y las personas con discapacidad, y alentamos la utilización de los recursos naturales de Indonesia para proporcionar instalaciones e infraestructura dignas para todos.
  10. Proteger a las Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (WHRD). Exigimos protección para las defensoras de derechos humanos, el fin de la criminalización de las activistas del movimiento de mujeres y la aprobación de políticas que garanticen mecanismos de protección para las defensoras, tanto proporcionados por el Estado como por la comunidad.

Esperanza para el futuro

“Históricamente, el sistema electoral no se ha adaptado a las mujeres. En las próximas elecciones, queremos impulsar al gobierno y a políticas que alienten a más mujeres a formar parte del proceso político. Con la organización de las mujeres, tenemos la esperanza de que se incluyan a las mujeres porque las mujeres pueden liderarnos mejor”.

La Conferencia de Mujeres de Indonesia, un evento culminante después de cinco años de estrategias de sensibilización, organización sobre el terreno y esfuerzos de solidaridad, celebró un sentimiento de esperanza y resiliencia compartidas –y una nueva voz y poder colectivo– entre las mujeres que participaron.

Nena (seudónimo), miembro de Dialita (organización de exprisioneras políticas durante la era del Nuevo Orden en Indonesia), resume el sentimiento: “La esperanza es algo que siempre debemos tener. Otras personas pueden matar nuestro futuro, quitarnos cosas, pero siempre debemos tener esperanza. Hasta el día de hoy seguimos en pie”.

La conferencia también marcó un comienzo: asociaciones emergentes y dinámicas arraigadas en la confianza, el amor y un objetivo compartido de amplificar las voces y construir el poder colectivo de las mujeres indonesias.

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