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Genesis Zorroza

La Escuela Regional de Constructoras de Movimientos es un espacio vivo en el que se piensa, analiza y construye la solidaridad transnacional. Un espacio seguro en el que les integrantes logramos exponer, desde nuestros puntos de enunciación, las violencias que nos atraviesan como estás conforman las problemáticas sociales que nos mantienen requieren de nuestra acción colectiva.

Cómo es que el sistema se vale de diversos tipos de violencia que confluyen en un sentido estructural para reforzarse, reestructurarse y mantenerse. Construyendo “una casa de múltiples opresiones” que históricamente se ha empeñado en mantenernos en la individualidad haciéndonos creer que la acción colectiva es básicamente imposible.

Por ello, la creación de espacios como la ERCM está fundamentalmente anclada a construir “fuera de esa casa”, espacios de paz, colectividad, confianza y pertenencia, porque otras realidades son posibles. Cuestionándonos dónde y cómo aprendemos lo que sabemos, además de cómo “habitamos” esa casa que estructura y mantiene funcional el sistema que nos oprime y violenta.
Espacios en los que desarrollamos discusiones sobre el poder, como se constituye y cómo podemos transformarlo en favor de nuestras luchas. Porque construir movimientos es construir poder político y crear posibilidades. Construir, organizar, movilizar y transformar el poder es fundamental para crear, desarrollar, sostener y perdurar movimientos.

Sin embargo, parte de esos mecanismos de subsistencia del sistema es la cooptación de movimientos, pretendiendo modifícalos para sus fines y así seguir reproduciéndose. Entonces surge la necesidad de vernos y reconocernos desde los ojos del poder y de quienes lo detentan, reconocer nuestras luchas y como se interconectan y sostienen unas a otras.

Con agendas que prioricen la justicia racial, de género y clase en nuestras alianzas solidarias para ser parte de las constantes transformaciones de nuestro entorno. De este modo logramos construir solidaridad transnacional desde la colectividad, con vínculos que nos permiten trabajar y mantenernos juntes. Pensar fuera de nuestras realidades únicamente y encaminarnos siempre a la acción en colectividad.

En este sentido, los movimientos necesitan diferentes líderes en múltiples y diferentes lugares, para combinar estrategias y crear acción colectiva. Porque todes aportamos algo importante y vernos reflejades en diferentes luchas motiva a otras a formarse y reforzarse, porque el sistema es el mismo para todes y así como este se interconecta para subsistir nosotres tenemos que interconectar nuestras luchas para avanzar y hacerle frente a esta “bestia”.

Por último, me encantaría que quienes no fueron parte de esta trascendental escuela supieran que es un lugar seguro, que se preocupa por nosotres, nos ve, reconoce, valida y se interesa por nosotres y nuestras luchas. Que cuida de todas las dimensiones de nuestro ser y que está profundamente comprometido con construir posibilidades colectivas. Pero sobre todo, que es un espacio que sin duda debe replicarse a todas escalas, esto definitivamente cambiaría nuestras realidades.

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