En Guatemala, tomamos nota cuando un amplio movimiento popular liderado por pueblos y autoridades indígenas…
“Somos mujeres a las que lamentablemente nos han enseñado a ser muy sumisas, pero cuando nos juntamos todas y combinamos los poderes que cada una de nosotras tiene, somos mujeres que podemos transformar la realidad que vivimos”.
Ana Clementina Mejía vive y trabaja en el norte de Honduras, donde el acceso limitado a la educación, las oportunidades laborales y la violencia perpetuada por una cultura machista, socavan los sueños y la vida de las mujeres. Esta realidad lleva a muchas, a menudo miles, a abandonar sus hogares. Por eso el lema de su organización, la Red de Mujeres de El Progreso, es simplemente “Trabajando por un Futuro Mejor”.
Ana se encuentra entre las 60 mujeres que completaron el curso de Facilitadoras Políticas de la Escuela de Alquimia Feminista en 2022, que JASS Mesoamérica organizó en Guatemala, México y Honduras, el país de origen de Ana. Después de terminar el curso de un año, Ana encontró nuevas habilidades, recursos y poder para hacer cambios en su organización y comunidad.
La Red de Mujeres, conocida por su acrónimo en español REMUPRO, comenzó a organizar a las mujeres en El Progreso y las comunidades aledañas en 2009, brindando información, movilizando acciones y desarrollando capacidades para el activismo político y la defensa. Hoy cuenta con 20 mujeres coordinadoras en el núcleo y colectivos de El Progreso y comunidades aledañas.
Aprender como Maestra y Estudiante
El enfoque de REMUPRO siempre ha sido aprender y enseñar nuevas habilidades y proporcionar a las mujeres activistas herramientas efectivas para organizarse. Entonces, para Ana, la oportunidad de unirse a otras mujeres líderes en un curso que combinó habilidades prácticas con análisis y utilizó un enfoque de aprendizaje colectivo donde todas las participantes son Maestras y estudiantes, alineadas perfectamente con su plan de vida y los objetivos estratégicos de la organización.
“Cuando hice todo el proceso de inscripción al curso, vi que estaba muy bien diseñado con temas interesantes y herramientas que son útiles para reproducir conocimientos con otras mujeres porque nuestra organización capacita a otras mujeres. La otra oportunidad fue aprender sobre digitalización ya que los procesos virtuales eran nuevos para nosotras”.
El curso de facilitadoras políticas de JASS Mesoamérica brinda capacitación en liderazgo, generación de conocimiento colectivo y acompañamiento político sostenido para apoyar los esfuerzos de organización de las mujeres. También se enfoca en la seguridad y el cuidado propio y colectivo alineado con nuestro enfoque de Corazón, Mente y Cuerpo, especialmente en situaciones de alto riesgo, que describe el contexto de la mayoría de las mujeres activistas indígenas y rurales que participan en el curso. Como atestigua Ana, “primero tenemos que estar bien nosotras mismas para poder ayudar a las demás. Si yo soy una mujer que no está sana, me cuesta ayudar a otras mujeres a recuperarse, por ejemplo, en casos de violencia. Ahora siento la necesidad de priorizar mi salud y sentirme bien”.
A raíz de la pandemia de Covid, JASS adaptó sus metodologías para desarrollar el curso en línea, permitiendo la participación de mujeres de diferentes áreas a pesar del aislamiento. El curso utiliza metodologías de educación popular feminista (EPF) para fomentar la interacción, la participación, la confianza y el compromiso, incluso en un entorno en línea.
Está lejos de ser una clase en el sentido tradicional de la palabra. Las sesiones son dinámicas y están llenas de diversas voces, risas y, a veces, lágrimas. Las participantes intervienen activamente y contribuyen de manera equitativa e inclusiva. Se desafía la jerarquía tradicional del conocimiento, creando un entorno seguro y de apoyo para el aprendizaje.
“La Educación Popular Feminista (EPF) tiene que estar enraizada en la vida diaria. Nosotras generamos conocimiento a partir del conocimiento de las personas. Cuando vamos a una comunidad y queremos hacer EPF, tiene que estar basado en los principios de EPF donde una no está impartiendo conocimiento—no; en cambio, nos centramos en compartir saberes ancestrales y a partir de ese saber, generar juntas un conocimiento más amplio”, explica Ana.
El Cuerpo como Territorio
A través de muchos años de experiencia, las facilitadoras de JASS han identificado conceptos clave cruciales para las mujeres indígenas y rurales que luchan por la tierra y el territorio. Estos conceptos han evolucionado y se han ampliado continuamente a través de las experiencias colectivas de las mujeres líderes en el curso. Un concepto central es la conexión entre la defensa del cuerpo de las mujeres y la defensa de la tierra y el territorio. Este vínculo es fundamental para el trabajo de las mujeres indígenas y rurales.
Ana explica: “Nuestro cuerpo es un territorio de lucha, es el primer territorio donde tenemos que establecer la soberanía, sobre nuestro cuerpo”. Agrega: “Si vamos a tener soberanía sobre nuestro cuerpo, tenemos que defenderlo”. Esto da un significado más profundo a la defensa del cuerpo-territorio, enfatizando su importancia y las responsabilidades que conlleva.
En este sentido, el curso también pone un fuerte énfasis en cómo las mujeres deben proteger su cuerpo mientras defienden el medio ambiente y la tierra.
“Cuando una mujer ha recibido amenazas por defender su territorio, implementamos herramientas de seguridad que hemos aprendido en el curso. Si una mujer está en riesgo, [el curso enfatizó] la importancia de tener un plan que priorice su seguridad y la de su familia. Esto para mí fue realmente crucial porque trabajamos con mujeres que enfrentan amenazas por defender lo que es suyo”.
Entendiendo el Poder, Superando el Miedo
Otro concepto central que se enseña en el curso es el poder y los sistemas de opresión. Esta sesión provocó un cambio importante en el pensamiento de Ana sobre el poder. “A menudo, cuando pensamos en sistemas, pensamos en las grandes estructuras que nos oprimen, pero la facilitadora comenzó a romper estos sistemas que muchas veces llevamos dentro como mujeres, o provienen de nuestras propias organizaciones o familias. Son sistemas de opresión que no vemos, pero que están ahí y es muy importante trabajar en ellos”. JASS ha desarrollado un marco de análisis de poder que examina las diversas formas de poder y cómo se manifiestan en la vida de las mujeres. Al desmitificar el poder y resaltar su omnipresencia, las mujeres cuentan con herramientas para enfrentarlo y aprovechar su propio poder transformador.
Para Ana, este reconocimiento fue un cambio de vida. “Ahora reconozco que soy una mujer con mucho poder, mucha capacidad”, dice orgullosa. “Ahora estoy más segura de participar, en la red y en las capacitaciones. Realmente me ayudó a deshacerme del miedo de pararme frente a un grupo”.
La historia de Ana es solo una de muchas, y el impacto del curso se extiende mucho más allá de las participantes a los cientos de mujeres en comunidades indígenas, rurales y urbanas en tres países que están aprendiendo de sus compañeras activistas. Cada participante diseñó un ejercicio a realizar en su comunidad para aplicar sus nuevos conocimientos. Ana sonríe mientras habla del suyo: un grupo de estudio sobre sistemas de opresión. “Es algo hermoso, porque estamos sembrando semilleros para que crezcan más mujeres…”