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Diálogo 7: ¿Es el Feminismo del Sur Global el antídoto necesario contra el creciente autoritarismo?

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Vivimos un periodo global de declive democrático y de ascenso del autoritarismo. En los tiempos actuales esto responde a la consolidación de las élites políticas y la extrema derecha, las cuales incluyen movimientos religiosos fundamentalistas y agendas nacionalistas, a los que se agregan la corrupción y el socavamiento de las instituciones democráticas. Así, los autoritarios son elegidos para ocupar puestos de poder y, desde dentro, empiezan a desmantelar la democracia. Tomando en cuenta que el futuro no sólo se presenta, sino que se construye a fuerza de grandes o pequeños aportes, ¿cómo abonan los feminismos al futuro feminista? ¿Cómo llegaremos desde aquí, el umbral del autoritarismo, a la democracia justa e inclusiva que buscamos? ¿Aquella que vive en nuestros corazones y en nuestra imaginación? ¿Que vive en los anhelos de nuestros antepasados y en nuestros sueños para aquellos que nos siguen? El objetivo de este Diálogo es examinar cómo el feminismo del Sur Global está resistiendo y cuestionando el ascenso del autoritarismo y aprender de distintas vivencias globales en este sentido. Discutiremos una serie de preguntas sobre sus experiencias y estrategias:

  • ¿Qué ofrece el feminismo del Sur Global —como antídoto— a un mundo en crisis que experimenta un creciente autoritarismo y la consolidación del poder de la élite?
  • ¿Cómo las feministas del Sur Global están sembrando el nuevo futuro que queremos basándose en una comprensión feminista de nuestros cuerpos, nuestras voces, nuestros recursos y nuestra seguridad?

Resumen

La pandemia del Covid 19 ha expuesto y reforzado un autoritarismo creciente en todo el mundo. Los gobiernos y sus aliados utilizan las herramientas a su disposición para promover sus intereses. Con el pretexto de contener el contagio, los gobiernos han desplegado a las fuerzas armadas y establecido medidas restrictivas para reprimir a la oposición, sofocar la resistencia y debilitar las libertades. Estas restricciones y respuestas siguen una lógica oculta de control social, en vez de medidas sanitarias científicamente necesarias. Como consecuencia y como siempre, la población más vulnerable es la que sufre más. El aumento del autoritarismo y las desigualdades estructurales que este intensifica plantea amenazas considerables para nuestro futuro. Es fundamental aprender de otros movimientos para volver a idear estrategias que transformen las relaciones de poder desiguales y los sistemas en los que residen y se perpetúan. En 2020, para nuestro séptimo y último diálogo, reunimos a destacadas pensadoras feministas y organizadoras de movimientos a fin de debatir la siguiente pregunta:“¿Es el feminismo del Sur Global el antídoto necesario contra el autoritarismo creciente?”

“Hay algunas características notables de estos tiempos. Vemos la consolidación del poder en manos de las élites políticas, la extrema derecha e incluso los movimientos religiosos fundamentalistas. Hay líderes autoritarios elegidos para asumir el poder que atentan contra la democracia desde adentro, para ello promueven perturbadores programas nacionalistas que erosionan las instituciones democráticas. Sabemos por el trabajo de nuestro movimiento que el poder no se da, se toma; para hacerlo, necesitamos un conocimiento preciso de las dinámicas de poder que actúan en nuestro mundo y el significado de la construcción del poder transformador”. Shereen Essof, directora ejecutiva de JASS

Tarso Ramos de Political Research Associates (PRA) ofreció una breve descripción de este creciente autoritarismo. “Pasamos por una refundación del sistema social y político mundial a través de una tercera ola autoritaria en el mundo”, dijo, después de las dictaduras militares y el fascismo de mediados de siglo. Tarso citó “tres factores impulsores que están presentes dondequiera que vemos el aumento del nacionalismo y del autoritarismo”: 1) fuerte desigualdad económica; 2) el aumento del nacionalismo religioso y los movimientos fundamentalistas, y 3) el incremento de los movimientos y partidos nacionalistas étnicos y raciales que definen la nación de maneras exclusivistas, dentro de los cuales “la misoginia y las masculinidades militarizadas son los fundamentos del autoritarismo”.

Nani Zulminarni, de renombre por su dedicación a la organización comunitaria en Indonesia (PEKKA), que trabaja sobre todo con familias encabezadas por mujeres y una cofundadora de JASS, considera importante reconocer que el autoritarismo ha existido desde hace tiempo, aunque cambien las formas. “No es nada nuevo – dijo – la fuerte desigualdad económica, el papel de la religión en el proceso de democratización y el nacionalismo étnico dan vida a gobiernos autoritarios”. Nani identificó dos áreas de grandes retos y luchas de las mujeres indonesias: control de la narrativa y de los recursos. Asimismo, señaló que los poderes de gobierno, las religiones y los intereses económicos utilizan sistemas de valores y narrativas para intimidar a las mujeres con amenazas de exclusión. Advirtió también que la dependencia del espacio virtual durante la pandemia expone a unos 120 millones de jóvenes de Indonesia a una narrativa antifeminista que distorsiona los términos y argumentos que utiliza el feminismo. De ahí que este tenga que desarrollar y recuperar el lenguaje, y encontrar maneras de llegar a las personas con su mensaje. En términos de recuperar recursos, Nani dio el ejemplo de mujeres agricultoras de Indonesia que se han organizado para recuperar semillas criollas y establecer seguridad alimentaria en lugares locales. Han adquirido poder al ejercer el control de los recursos para el sustento.

Hakima Abbas, codirectora ejecutiva de AWID, dijo: “las fuerzas autoritarias han utilizado la pandemia actual como una excusa para profundizar la vigilancia y las respuestas militarizadas”. En los últimos cinco años, algunas de estas fuerzas han tomado el poder a través de golpes de Estado y otras han utilizado procedimientos democráticos que contradicen el espíritu de la democracia; además, “no se puede divorciar el patriarcado del autoritarismo, la base del gran hombre, el hombre fuerte, un modelo de gobernanza que se basa en la dominación”. Hakima advirtió que los regímenes autoritarios tienen en la mira los cuerpos y vidas de las mujeres y personas LBGTQ “como el punto primario de encuentro para establecer control y poder.

Morena Herrera afirmó, desde El Salvador, que el reto principal al autoritarismo es la existencia del movimiento feminista, o más bien movimientos en plural, como un reto fundamental a las maneras autoritarias de pensar, incluyendo un individualismo profundo. “Enfrentamos una nueva manera de ejercer dominio y hegemonía, que adopta formas muy brutales como la expoliación de nuestras tierras, las industrias extractivas, pero al mismo tiempo una conquista de mentalidades que nos hacen sentir como si esta fuera la mejor manera de vivir. Así que hay dos enfoques: uno brutal y otro seductor. Aquí es donde entra el feminismo”. Morena enumeró varios aspectos clave del feminismo que enfrentan conceptos autoritarios: el cuerpo como elemento central de resistencia al patriarcado, el colonialismo y el capitalismo, en defensa de derechos sexuales y reproductivos, pero también en el sentido más amplio de la defensa del cuerpo-territorio que se vincula a la defensa de la tierra y la naturaleza. El segundo es el énfasis en el cuidado en la agenda feminista. Tercero, la interseccionalidad, para entender las múltiples formas interconectadas de violencia que enfrentamos y, por lo tanto, la necesidad de mantener nuestra unión.

Hakima estuvo de acuerdo en que el pluralismo es la fortaleza del feminismo, “diversas, pero no dispersas”. “Aquí es donde entran como antídoto los feminismos del Sur Global, es decir, no solo la posibilidad de futuros feministas, sino las diversas maneras en que los feminismos crean alternativas en el presente”, dijo. Citó ejemplos de organización, construcción de cooperativas, desarrollo de la economía de solidaridad “y las maneras en las que nos comprometemos mutuamente fuera de las estructuras y sistemas de dominación”.

Nancy Kachingwe, feminista, economista política y cofundadora del foro sobre futuros feministas South Feminist Futures Forum, dijo “somos muchas las personas que pensamos acerca de las mismas cosas, pero a menudo de maneras dispersas”. Señaló que es necesario reflexionar en profundidad acerca de la historia, organización y terminologías feministas. “Antes, el imperialismo estaba claro, ahora no sabemos qué nombre ponerle”, expresó, al hacer un llamado a examinar más de cerca términos como oligarquía, liberación, neocolonialismo, “blanco, imperialista, supremacía blanca, heteropatriarcado, ¿qué nombre les ponemos a estos autoritarismos para que podamos tener un análisis común de con qué tratamos”?

Tarso señaló que el autoritarismo es también diverso, flexible y no ideológicamente puro. “La naturaleza del autoritarismo y la de las ideologías y regímenes represivos también se desarrollan y transforman. Nosotros tenemos que mantenernos al día, estar al tanto de esas tendencias, porque reflejan flexibilidad en la búsqueda de poder”. Observó también que los movimientos transformadores más fuertes en EE.UU., como el Movimiento Black Lives Matter (BLM), son globales en su perspectiva y reconoció la interconexión de los movimientos de liberación a escala mundial.

Respecto al feminismo del Sur Global

Una de las claves para responder a las preguntas y enfrentar los desafíos es construir el tipo de internacionalismo feminista Sur-Sur que impulsa el trabajo de JASS. Como dijo Nani, el dar a conocer cómo lidiar con autoritarismos en los distintos contextos saca a luz las luchas comunes e inspira el planteamiento de estrategias colectivas y la colaboración para abordar estos retos

En la conversación salieron a relucir varias áreas que deben examinarse más a fondo y los caminos hacia adelante. “Creo que un feminismo negro interseccional o del Sur Global es el futuro en términos de nuestra estrategia de resistencia para impedir el avance del autoritarismo y construir una sociedad y sistema mundial alternativos”, dijo Tarso. Hakima manifestó la necesidad de un enfoque interseccional y radical en vista de que “las formas de autoritarismo están inextricablemente vinculadas al capitalismo y a la supremacía blanca”. Esto significa que los cambios deben ser profundos. “Vemos una ola de protestas sin precedentes porque las personas se dan cuenta de que las decisiones en las urnas no permiten cambios en torno al autoritarismo y el capitalismo, sin importar el resultado de las elecciones”.

La conversación volvía con frecuencia al tema del Estado nación y cómo abordarlo. “El poder corporativo ha cambiado fundamentalmente la naturaleza y la relación del Estado nación con la población. Si vamos a continuar el proyecto de liberación, tenemos que transformar en esencia lo que entendemos como el uso de los Estados”, señaló Hakima. Tarso citó la experiencia de Estados Unidos y la fina línea entre trabajar para impedir el autoritarismo, pero sin estar atado a la relación con el Estado. Nuestra estrategia “tiene que aplicarse en el Estado, contra el Estado y sin el Estado. Tenemos que tomar en cuenta todas estas cosas para tratar con seriedad la construcción de alternativas poderosas”. Advirtió que hay una crisis de legitimidad en el sistema neoliberal por no haber podido producir igualdad y bienestar, y por extraer tanta riqueza que está por provocar un levantamiento. La crisis no solo genera protestas, sino también reacciones negativas. Los Estados autoritarios y los movimientos de derecha entienden el poder del feminismo para cuestionar sus planes y su legitimidad. Podemos verlo, dijo, en “…la prioridad mundial en este eje global de autoritarismos de atacar a los movimientos feministas, no solo los actores estatales sino también las bases religiosas conservadoras”.

Nani citó la necesidad de ir más allá de los nacionalismos e incluso de los conceptos internacionales. “Este es el poder de la ideología y las alianzas feministas; cómo lo usamos para salvar realmente las diferencias entre nosotras en el ámbito del Estado, en el sur y el norte, en países desarrollados o en vías de desarrollo, o entre distintos grupos religiosos como en Indonesia”. Dijo además que es muy importante encontrar un lenguaje y una narrativa comunes para unir nuestro poder y nuestras voces. Desde Zimbabue Nancy estuvo de acuerdo en que “necesitamos empezar a pensar en planes comunes que nos unan, que nos permitan interactuar en solidaridad y saber lo que buscamos para tener demandas comunes”.

Necesitamos movimientos que estén vinculados a “una cadena de solidaridades, desde pequeños actos para las mujeres bajo asedio hasta campañas más amplias (y que) imaginen un feminismo que combine las manifestaciones, las marchas en las calles –en ciertos momentos, cuando sea necesario y donde se pueda –con la revolución del día a día”, dijo Morena.

Hakima concluyó: “Tenemos perspectivas de lo que deseamos construir como feministas; no todo gira alrededor de la resistencia y parte de nuestra resistencia está en la alegría, en la risa de nuestra infancia, en nuestra música, en nuestro baile, para que a partir de ahí también construyamos la visión de lo que deseamos crear. Mundos en los que nosotras definamos la seguridad,—no con armas, sin policía, sin fuerzas armadas, con sistemas de gobernanza indígenas … Seguimos resistiendo y construyendo”.

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Lista de recursos

  • Transnacionales de la Fe”, investigación periodística a nivel sudamericano, en torno a las organizaciones y personas que impulsan una agenda conservadora y muestra el vínculo del poder político, corrupción y religión.
  • ULTIMA INVETSIGACION EL SHOPITAL A LA CARCEL
  • MUJERES MONTAÑA

Panelists

Tarso Luís Ramos, Brasil / Estados Unidos de Norteamérica

Tarso Luís Ramos ha investigado el ala derecha de los EE.UU. y por más de 25 años ha luchado contra lo que ésta representa. Desde la organización PRA impulsó importantes iniciativas contra el antisemitismo, la misoginia, el autoritarismo, el nacionalismo blanco y otras amenazas a la democracia. Es un orador público muy solicitado y sus escritos han sido publicados en The Guardian, The New York Times y Time Magazine, entre otros medios. Antes de unirse a PRA en 2006, fue director fundador del programa de justicia racial del Western States’ Center [Centro de los Estados Occidentales]. Asimismo, como director del Wise Use Public Exposure Project [Proyecto de Exposición Pública del Uso Sabio] dio a conocer las campañas corporativas tendientes a justificar el daño al medio ambiente, luchando en oposición a las mismas. Recientemente, se desempeñó como activista en residencia en el Barnard Center for the Study of Women [Centro de Barnard para el Estudio de la Mujer] y como becario de un año (2017-2018) en el Rockwood Leadership Institute [Instituto de Liderazgo de Rockwood].

Hakima Abbas, Continente africano

Hakima Abbas es una feminista africana que ha estado activa en los movimientos sociales durante dos décadas. Formada en asuntos internacionales, ha centrado su trabajo como analista de políticas, educadora popular, defensora y estratega en el fortalecimiento y el apoyo a los movimientos para la transformación. Actualmente se desempeña como codirectora ejecutiva de AWID, una organización de apoyo a movimientos feministas mundiales con más de 6,600 miembros en 180 países.

Nani Zulminarni, Indonesia

Nani ha trabajado en pos del empoderamiento de la mujer a nivel de base desde 1987. Comenzó desempeñándose como trabajadora sobre el terreno afiliada al Centro para el Desarrollo de los Recursos de la Mujer (PPSW), una ONG de Indonesia. En 2001 fundó PEKKA (Empoderamiento de la Familia Encabezada por la Mujer), organización centrada en promover el empoderamiento de mujeres jefas de familia, las más pobres de los pobres en Indonesia. Al frente del equipo de PEKKA, cuyo número supera los 60 miembros, acompañó a más de 60,000 familias encabezadas por mujeres en más de 3,000 grupos de autoayuda establecidos en 1,300 aldeas de 20 de las 34 provincias de Indonesia que luchan por sus derechos educativos, económicos, jurídicos, sociales y políticos. Además de la labor que realiza a través de PEKKA, cofundó varias redes nacionales y ONG cuyos objetivos se orientan a promover los derechos de la mujer e impulsar reformas políticas para el sector, un trabajo prioritario a la luz de su marginación de las políticas públicas y la financiación. Entre ellas figuran ASPPUK (Asociación de ONG que Trabajan con Mujeres Empresarias y Microempresas), ALIMAT (una red de activistas y estudiosos islámicos en pro de un sistema justo para las familias en el contexto musulmán) y la red FAMM Indonesia. Desde 2016, Nani ha sido elegida presidente de la ASPBAE (Asociación de Asia y el Pacífico Sur para la Educación Básica y de Adultos), vicepresidente del ICAE (Consejo Internacional de Educación de Adultos), asesora del JASS-sudeste asiático y líder de Ashoka en Asia Sudoriental.

Morena Herrera, El Salvador

Feminista y activista por la defensa de derechos humanos, Morena ha participado en diferentes organizaciones nacionales y redes regionales que defienden los derechos humanos de las mujeres. Socia fundadora de Las Dignas e integrante de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local donde actualmente coordina procesos de formación y gestión de conocimientos. Morena es Presidenta de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del aborto terapéutico, ético y eugenésico en El Salvador, representante de la Colectiva Feminista ante la Red Mujer y Hábitat de América Latina y el Caribe, integrante del Grupo Impulsor de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos y de la Sombrilla Centroamericana. Morena es egresada del doctorado en Filosofía Iberoamericana en la Universidad Centroamericana José Simón Cañas, Magíster en Relaciones de Género por la Universidad de Gerona y Magíster en Desarrollo Local por la Universidad Centroamericana José Simón Cañas. Ha realizado investigaciones sobre feminicidios, ciudadanía y participación política de las mujeres, violencias contra las mujeres y movimientos sociales. Forma parte del grupo académico para la creación de la primera Maestría de Estudios de Género en la Universidad de El Salvador.

Nancy Kachingwe, Zimbabue

Nancy Kachingwe se desempeña como asesora independiente en materia de género y políticas públicas. Habita en Harare (Zimbabue) y trabaja principalmente con organizaciones de derechos de la mujer, movimientos sociales y ONG, utilizando una lente de economía política feminista para desentrañar los numerosos y urgentes desafíos que se presentan actualmente en el ámbito de desarrollo. Es cofundadora de una nueva iniciativa llamada South Feminist Futures [Futuros Feministas del Sur] cuyo objetivo es fortalecer la colaboración feminista colectiva Sur-Sur, promover la creación de redes, la educación, el aprendizaje, la teoría, el análisis y la solidaridad para el siglo XXI.

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