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En agosto de 2021, Nubia Casco se dio cuenta de que se sentía agotada, exhausta. La pandemia de Covid y las estrictas medidas de confinamiento del gobierno hondureño habían agravado los desafíos habituales que tenía que enfrentar como líder de la Red de Mujeres Rurales de Ojojona. Para ella, mantener la mayor carga de trabajo y seguir adelante, a veces parecía más de lo que podía manejar.

El Cuidado surge como una cuestión colectiva

Nubia y otras mujeres fundaron la Red de Mujeres Rurales de Ojojona en el año 2000, en uno de los municipios más pobres de Honduras. La organización capacita y organiza a las mujeres para enfrentar colectivamente los desafíos en sus vidas. El difícil contexto pone a prueba los recursos y la capacidad de las mujeres líderes para sostener su trabajo.

Afortunadamente, Nubia se dio cuenta de esto y entre otras mujeres que sentían muchas de las mismas cosas, se habían comprometido a encontrar soluciones colectivas a la fatiga de organizarse en tiempos de pandemia. Como participante del Curso de Facilitadoras Políticas de JASS -la capacitación de educación popular insignia de la Escuela Alquimia de JASS Mesoamérica – se unió a veinte mujeres líderes comunitarias para discutir temas relacionados con el liderazgo estratégico feminista, los derechos territoriales y el bienestar personal.

El curso de facilitadoras políticas utiliza el enfoque integrado para el cuidado y el bienestar de JASS llamado Corazón-Mente-Cuerpo  y brinda a las participantes herramientas para analizar su contexto, fortalecer las estrategias de organización, identificar aliadas para la colaboración, al mismo tiempo que evalúa sus sentimientos y capacidades personales. Fue durante la sección de “autoevaluación” que Nubia supo que tenía que hacer algunos cambios.

Un cambio de rumbo

En Honduras, donde la tasa de pobreza general supera el 73%, la mayoría de las mujeres viven en condiciones de pobreza. La nación ha enfrentado constantes crisis políticas y económicas en las últimas décadas. El modelo neoliberal ha destruido en gran medida cualquier red de seguridad social y las mujeres, como cuidadoras, están obligadas a llenar el vacío en la provisión de cuidados y necesidades básicas, especialmente desde que llegó el COVID-19. La nación sufre un profundo machismo y una violencia desenfrenada contra las mujeres, con poco o ningún control por parte del Estado.

Para organizadoras como Nubia, este contexto ofrece muchos desafíos y pocos apoyos. Pero al examinar cuidadosamente su propio estilo de liderazgo, Nubia descubrió que su organización tenía recursos sin explotar que eran fundamentales para aliviar su carga de trabajo y construir una base de liderazgo más sólida y amplia. La capacitación formadoras políticas feministas de JASS le proporcionó herramientas y motivaciones específicas para cultivar y redistribuir el liderazgo, lo que llevó a una mayor democratización y permitió que surgieran nuevas líderes en su organización. La Red decidió tomar lo que había aprendido de la escuela y reorganizarse. Estableció siete comisiones: comunicación, solidaridad, salud, participación política, medio ambiente, sostenibilidad, y promoción & educación. Las miembras describen el cambio como más dinámico, alegre, libre y organizado. El cambio en la dinámica organizacional ha permitido que las integrantes tomen decisiones independientes sin necesitar de un liderazgo específico porque han tomado el relevo con más confianza en sí mismas y tienen una estructura más clara y distribuida para la toma de decisiones.

Al poner el liderazgo compartido en el centro, Nubia y su organización podrían aliviar la carga de algunas líderes y aumentar las habilidades y el compromiso de cada mujer en la organización. Hoy las miembros se sienten más capaces y responsables de su organización, haciéndola más fuerte y eficaz.

Nuevas visiones y posibilidades

Los resultados del cambio en el estilo de liderazgo han sido espectaculares en un período de tiempo relativamente corto. La membresía de la Red aumentó de 160 a 235 como resultado de un liderazgo más inclusivo y una mayor presencia pública. El aumento de la membresía significa que también ha aumentado la capacidad de responder a las mujeres que enfrentan violencia.

Al redistribuir responsabilidades en la organización de Ojojona, Nubia y otras mujeres líderes también han tenido tiempo de participar más activamente en sus redes más amplias, forjando conexiones y alianzas en un momento crítico de la historia de la nación. Nubia ahora ayuda a coordinar la Plataforma 25 de noviembre, que reúne a organizaciones de mujeres en diálogo entre sí y representantes gubernamentales para desarrollar una agenda política para mujeres y feministas en Honduras. Las integrantes de Ojojona ahora participan en el Consejo Nacional de la Mujer, el Consejo Nacional de Movimientos Sociales, la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos y otras aliadas clave. El trabajo de la Red Ojojona va más allá del municipio y es muy conocido a nivel nacional.

JASS alienta a las participantes a abrazar y centrar la sanación y el descanso en componentes críticos para mantenerse a sí mismas y a su trabajo. La transformación en la propia Nubia es un cambio de vida, ella dice. “Fui sanada. Me di cuenta de que estaba en el camino equivocado. He recibido muchas capacitaciones en mi vida, pero no había logrado este cambio interno que he experimentado ahora”. Al dejar de lado algunas responsabilidades y abrir más espacio para las demás líderes, la organización y su propio trabajo tienen una capacidad renovada para lograr el tipo de cambio transformador en la vida de las mujeres que siempre ha sido su compromiso central.

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