


Tercer llamado de sonidos de caracola
“El poder de lo colectivo en el hacer de las activistas defensoras hacia un activismo sostenible”
Villa Sumaya, Lago de Atlitán, Guatemala
Septiembre 14 al 18 de 2014
Este fue el III Conversatorio- taller sobre el Activismo sostenible, llevado en cabo en Atitlán, Guatemala. Del 14 al 17 de septiembre del 2014. Fuimos convocadas por el Fondo de Acción Urgente-AL mujeres activistas y defensoras, con la finalidad de discutir y provocar en nosotras un análisis diferente en relación al Activismo Sostenible. Participamos mujeres de Guatemala, El salvador, Honduras y Colombia. Se trató de un espacio, seguro, confortable, de apertura y entrega; de alegría y bienestar; lleno de amor y respeto por la palabra, los gestos y las expresiones. En el que cada persona tuvo la oportunidad de expresar sus opiniones y reflexiones a partir de lecturas provocadoras, lecturas que invitaron a la reflexiona compartida y a la creación colectiva y creativa de saberes. Estas discusiones, aportes y contradicciones, nacen a raíz de una publicación de FAU-AL “Para que queremos la revolución si no podemos bailar”, en donde se hace un cuestionamiento y un replanteamiento del actual modelo de activismo con más de 100 defensoras de 45 países.
En la más plena calma y rodeadas de una naturaleza imponente, los dos volcanes como fieles guardianes de la Madre Tierra y las aguas místicas; los aprendizajes fueron muchos y muy significativos para mí quehacer como activista, educadora y feminista joven. La coherencia entre lo que sentimos, pensamos y hacemos es importante para el activismo sostenible, el cual se puede hacer y ejercer de múltiples formas, en coherencia con nuestro interior y con las luchas en las que permanentemente estamos involucradas. La cultura patriarcal nos ha movido a intensificar las luchas, es evidente que cada vez es necesario seguir, pero a costa de qué? ¿De nuestra salud y emocionalidad dañadas? A costa de tensiones innecesarias entre nosotras, por no tener ni el tiempo, para el disfrute el goce y la reflexión activa, que nos lleve al gozo de nuestro activismo. Una de las preguntas sin respuesta ¿Cómo luchamos por cambiar este mundo, si no luchamos para cambiarnos a nosotras mismos y nuestras prácticas en las organizaciones?; fue un cuestionamiento muy profundo y fuerte que me mueve como mujer joven en la construcción de un poder más colectivo, que no nos pase una alta factura. El sistema nos quiere cansadas, agotadas, peleadas y no plenas, felices de nuestro accionar a favor y en la lucha de la defensa de los derechos delas mujeres.
Las preguntas siguen, las contradicciones son permanentes, y son una invitación para que sigamos construyendo y sigamos aportando desde nuestro accionar consciente y desde nuestro cuerpo sintiente. Es una invitación para todas y todas!!
Para bajar el libro: ¿Qué sentido tiene la revolución, sino podemos bailar?