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 #Movimientos+Fuertes

#StrongerMovements

El camino no fue corto para llegar, pero nunca lo es cuando queremos llegar lejos cuando queremos llegar profundo, especialmente dentro de nosotras mismas. Y el ritual empieza desde el momento en que nos conectamos con la posibilidad y el privilegio de recibir cuidado, cuando nos hablan de una casa que queda en un pueblo maravilloso, una casa para las mujeres, y me resonaban las novelas de Marsela Serrano; Nosotras que nos queremos tanto, el albergue de las mujeres tristes y pensaba que estar en esta casa era una posibilidad que no había tenido antes, tiempo para recorrer el mapa de mi cuerpo, tiempo para reconocer las ataduras de mi historia, tiempo para reconocer los dolores y tristezas acumuladas por el peso patriarcal y sistemático en mis caminos y los caminos de las otras. Llegue, llegamos a esta casa junto a otras, diversas todas, con las emociones a flor de piel, con nuestros misterios y silencios que al cabo de los días compartimos también entre risas, complicidades y cuidados. Colectivas pertenecientes a movimientos, a distintas luchas, pero a la vez seres únicas reconociéndonos en el rostro espejo de la otra. No es fácil, no es sencillo, no es agradable reencontrarnos con nuestra oscuridad, con los temores más escondidos, se nos ha enseñado la vergüenza a soltar las emociones, o  nos hemos hecho fuertes tan fuertes que no nos permitimos ser vulnerables, llorar abiertamente, pedir ayuda. Pero aquí en esta casa ha regreso mi espíritu a mi cuerpo, pude dialogar con las energías de las otras que llegaron antes y cuya historia estaba impregnada en los detalles del espacio, en las pinturas maravillosas que decoraban el espacio,  en cada ritual, en cada práctica, en cada símbolo que quedo como reconocimiento a la fuerza de los pueblos y movimientos a los que pertenece cada una. Cada día el goce y la plenitud también nos abrazaron, viene otra novela a mi mente “como agua para chocolate” de Laura Esquivel, porque nos alimentamos de muchas maneras,  la comida y la cocina como centro de nuestras charlas y carcajadas fue un lugar donde gestamos amistades y compartimos vidas y sentires, intimidades.  La Serena una casa guiada por nanas, amorosas guías, otras como nosotras,  defensoras de la piel, de la energía, del cuerpo tierra territorio, nos guiaron en autonomía y libertad dentro de este espacio, esta casa serena y cálida que nos acompañara a todas partes, este restablecer la red de la vida juntas.

Casa Serena es un espacio para el autocuidado, cuidado y bienestar de mujeres defensoras. Es un proyecto coordinado por Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la equidad Oaxaca A.C y una de las estrategías de protección integral que impulsa la IM-Defensoras.

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