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Las poderosas del teatro en Guatemala

  • JASS

Por: Aída Fernández*

Soy niña y tengo derecho”

Con esas palabras sorprendió Melanie a su mamá. Lesbia sabe que a la edad de su hija no hubiera tenido el valor de expresarse así, y es que en realidad no sabía que ella podía expresar su opinión. Ocho años después de mucho trabajo y apoyo, logra ver los resultados en la autonomía de su hija. Sabe que todo ha valido la pena.

Femineidad, violencia, conflicto armado, sexualidad, Derechos Humanos…. Tantos conceptos que contextualizan un ser que no se automatiza, que tiene hambre de más y necesidad de explorar su humanidad. La organización fue el recurso que encontraron estas mujeres para no obvia sus necesidades, el diálogo fue el alimento que les permitió reconocer que aquello que les ha sido impuesto puede estar siendo nocivo para ellas y sus familias. El encuentro les permitió explorar aquello que se había presentado como verdad absoluta e infalible. Encontraron que en ellas mismas ya estaba instalada la capacidad de construir una mejor calidad de vida, y ha sido el teatro el azadón que han usado para crear un surco en la vida de más mujeres, donde el torrente de su vitalidad y deseo de romper con la violencia logra liberarse.

Las poderosas teatro, es un colectivo que nace en 2007 conformado por un grupo de mujeres que decide trabajar para superar la violencia que las opacaba. Junto con sus hijas e hijos y el dramaturgo Marco Canale. A través de la investigación y la creación teatral, este grupo se propone contribuir a que más mujeres se atrevan a oponerse a la violencia que sufren. En 2007 estrenaron la obra “Las Poderosas” y con ella viajaron dentro y fuera de Guatemala, demostrando a muchos pero sobre todo a sí mismas que ellas podían romper con el círculo de la violencia. En 2014 estrenaron la segunda obra “Naciendo” producto de más de dos años de investigación y numerosos talleres,  en el cual han explorado el tema de la sexualidad y el Conflicto Armado Interno que tuvo sumiso al país durante 36 años. Esta investigación las ha llevado a compartir con más y más mujeres, desmitificando tabúes, explorando su cuerpo y su historia.

Conversamos con cuatro de sus integrantes, para que nos cuenten cómo han vivido estos ocho años de aprendizajes y sobre su deseo de llevar su mensaje a más y más mujeres. Lesbia Téllez, Telma Sarceño, Rosa García y Telma Ajín nos cuentas sobre su experiencia.

Las Podersosas ha desarrollado en los últimos años un profundo trabajo de investigación sobre el tema de la sexualidad. ¿Por qué se hizo importante trabajar este tema con mujeres?

– Me costó mucho hablar de esos temas, quitarme la ropa en el escenario. Te mira mucha gente, tienes que cuestionar y dar un mensaje y me costó mucho.

– Hablar de sexualidad fue todo un aprendizaje. A mi me costó mucho hablar de sexualidad. Pude entender que hablar de sexualidad no es sólo hablar del propio acto sexual. Es hablar de todas las relaciones que tenemos con los demás. En este proceso entendí eso, cómo acercarme a los demás, cómo hablar de mi cuerpo. Saber que lo que yo tengo en mi cuerpo no es malo.

Tenemos auto placer, auto satisfacción. Aprendimos que querer descubrir nuestro cuerpo no es malo, que podemos hacerlo, que este cuerpo es nuestro y que podemos disfrutarlo. Es parte de lo que yo aprendí en este proceso.

– Lo que queríamos es desmitificar todos los tabúes que hay en relación con la sexualidad y poder escuchar cómo abordan el tema de sexualidad con otros grupos. Algo que es muy importante es que a través de los talleres hemos aprendido sobre otros grupos. Cuando tuvimos el taller con nuestras familias, nuestras madres y cómo ellas podían expresarse. Fue difícil.

Luego trabajamos en el área rural, con mujeres mayas y creíamos que tendrían más dificultad de hablar de sexualidad. Y la sorpresa fue que no fue así. Cuando ellas empezaron a dibujar perdieron la vergüenza, tuvieron libertad y dibujaban muy lindo, con relación a su sexualidad con la naturaleza, con mucho color. Para mi fue increíble.

También hicimos un taller con mujeres transexuales y esto también fue un gran aprendizaje, y eso también nos hace más sensibles.

 Todas nosotras somos hijas de un Conflicto Armado Interno que dejó muchas heridas en nuestra sociedad. Hemos vivido todo con en silencio nos han dicho que debemos voltear la página y olvidar el pasado. Ustedes insistieron en abordar est tema. ¿Qué significó la oportunidad de hablar, de explorar, de investigar la violencia política? ¿Encontraron algo nuevo sobre ustedes mismas?

– Abordamos este tema siempre sobre las mujeres. Hablamos sobre cómo las mujeres fueron utilizadas como botín de guerra, fueron abusadas en sus derechos, violadas. Los hombres que morían y dejaban a sus familias, las mujeres se quedaban desprotegidas y ya no valían nada. El ejército abusaba de ellas y el pueblo las condenaba. Ellas ya no sabían en dónde ubicarse. De ahí partimos.

Empezamos a leer y nos dimos cuenta de cómo el Conflicto Armado Interno afectó a cientos de mujeres. Las mujeres tomaron las armas, se fueron a la montaña y participaron, y eso nunca lo dijeron. En los medios decían guerrilleros, comandantes, pero jamás hablaron del trabajo de las mujeres. Estuvieron invisibles por mucho tiempo. Ahora con lo que está pasando se está viendo que la mujer tuvo una participación activa y muy buena y eso  hay que darlo a conocer.

Yo abordo el tema porque en el tiempo que el conflicto estaba en su apogeo yo estaba en la universidad y viví algunas cuestiones muy violentas, como el cierre de la universidad estando adentro, que pasaban ametrallando. Fue una forma muy descarada de hacer las cosas y yo lo viví.

– Para mi es una pena y una vergüenza no saber la historia de mi país; es algo que me han negado. Así como yo hay muchas personas más que no conocen este tema y es muy lamentable que a uno no le hablen de eso. Uno va a la escuela pero no te dicen nada, solo la conveniencia del Estado. Es muy triste y nosotras compartimos y convivimos con algunas mujeres que sí vivieron esa guerra. Eso te acerca más a la situación. Es lamentable.

Y que seguimos en esa guerra. De alguna manera, seguimos en esa guerra. Por ejemplo con esto de las mineras, cuántas luchas y cuántas mujeres se han levantado para defender sus tierras. Seguimos en esas luchas de poder. El rico sigue jodiendo al más pobre.

Esta obra es una necesidad de contárselo a todo el mundo. Es una necesidad de contarle a nuestra gente sobre la realidad de lo que se ha vivido.

¿Cómo te sientes hoy día contigo misma?

– Yo me siento muy bien muy bien. El teatro me ha servido como herramienta de expresión, porque eso lo que más me costaba a mi, expresar lo que sentía. Todos se quedaba adentro, y cuando logré sacarlo fue muy bonito y gratificante y me siento muy bien.

Antes no me animaba a hablar y el teatro me ha trasformado la vida.

Ustedes decidieron recorrer un camino para enfrentrar miedos, tabués, estereotipos, violencia. Cuanto estaban en este camino, ¿qué fue lo nuevo que conociste, qué fue aquello que no imaginabas que podrías suceder y fue una gran sorpresa para ti?

-Pararme en un escenario y poder ver que sí puedo hacer las cosas. Yo era muy tímida cuando era niña y no me gustaba salir en los actos cívicos del colegio, porque me daba pena pararme frente al público, pero la primera vez que me subí en el escenario y vi cómo respondió la gente para mi fue una gran alegría y me dije “sí puedo”. Desde ahí he arrancado y no he parado, porque me encanta subirme en un escenario y ver cómo el público te aplaude, aunque sean 5 personas, pero que te digan gracias por lo que estás haciendo y porque sos valiente, eso ya es mucho. Simplemente el escenario me transforma.

-También la distinción que nos dieron en España, fue algo que nunca nos hubiéramos imagino. Estar en otro país y recibir una distinción y un homenaje, estar con la alcaldesa en Cádiz. Nos atendieron lindo, nos hicieron sentir muy bien y esas son de las cosas que están para contarse. Con una sola actitud se logra mucho.

-A veces estoy cansada, pero al entrar aquí, al ver el trabajo, al sentir toda esa comunicación con las compañeras, ¡Eso me da tanta mucha energía, mucha vida! Cuando estamos en ensayos extenuantes,  esas cosas me dan mucha energía, ganas de vivir, de saber que hay algo bueno a futuro.

Cuéntame de alguna experiencia de tu pasado que no entendiste en ese momento y que ahora, la puedes entender mejor o de otra manera.

– Hace 8 años que yo me quedé sola. Encontré a mi esposo con otra persona y esa misma noche él se fue a formar otro hogar. En ese momento era algo negativo haberme quedado sola. Después he analizando todo lo que había sufrido durante 18 años con esta persona; toda la violencia que había sufrido y después me quedé sola y tuve que enfrentarme con todos los miedos, porque creía que no iba a poder salir. Ahora cuando retrocedo y veo todo lo que hemos logrado en 7 años, a veces ni yo misma me lo creo hasta dónde hemos llegado y todo lo que he logrado hasta este momento.  Durante 18 años casada y viviendo toda la violencia que llevé, jamás me hubiera imaginado vivir lo que ahora he vivido.

Eso que pasó que aparentemente era negativo, que la sociedad que dice que el matrimonio es para toda la vida y en un momento dado tu matrimonio se termina, eso negativo ahora lo veo como algo positivo. Ahora yo he salido, ahora soy diferente y si me hubiera quedado ahí, probablemente ahora estaría muerta, pero ahora tengo vida y han sido muchos triunfos. También ha sido todo un proceso y sigo en ese proceso de aprender. Pero ha sido algo totalmente diferente y que me ha llenado de muchas satisfacciones y aparte de ello, nunca me hubiera imaginado relacionarme con las personas que nos hemos relacionado a través del teatro y los lugares donde hemos estado. Tampoco nunca me hubiera imaginado estar facilitando un taller. Tampoco me hubiera imaginado en ese momento estar trabajando de la manera en que lo hacemos y lo que más me llena de todo este trabajo es poder ayudar a otras mujeres, poder saber que lo que hacemos sirve para que otras mujeres hagan conciencia y que también ellas también puedan hablar, que no se queden calladas. Yo callé durante 18 años y eso casi me lleva a la muerte. Tuve otra oportunidad y eso es lo que más me llena. Saber que podemos contribuir para que otras mujeres puedan hablar y puedan salir de violencia.

– Mi separación. Yo viví muchos años con mi esposo y él se juntó con otra mujer, y formaron una familia. Yo me quedé con mis 4 niños y sola. Empecé a buscar ayuda psicológica y fue así como fui superando la separación. Ayudando a mis hijos a salir adelante. Yo tenía a mi esposo con una imagen muy alta y estaba muy aferrada a él. Después de 8 años de la separación entendí muchas cosas que en aquel momento no había entendido. Lloraba y no quería aceptar la separación. Ahora que me veo con el trabajo y entiendo que valió la pena. Valió la pena y estoy agradecida con el teatro por la oportunidad que me ha dado a mi y a mi hijos de conocer nuevas personas.

¿Y algún aprendizaje en particular que ahora reflexionas?

– Tomar decisiones. Eso no lo había uno antes. Antes tomaban por uno las decisiones. Eso es lo que a mi me gustó. Me recuerdo del día y cómo estaba y dije yo, hasta aquí, no más. Ahí empezó todo un proceso.

La toma de decisión. Deja uno los miedos para poder seguir adelante. Deja uno de prestar atención a qué va a pensar la gente, la condena, todo lo que le pasa a uno. Un montón de cuestiones sociales, laborales, se pasan penas, de todo le pasa a uno. Pero se logra salir adelante. Después uno piensa “qué bien que lo hice y qué bien me siento”.

Antes mi hija me decía “¿Por qué aguantas? ” y eso me molestaba a mi porque no era un ejemplo bueno para ella. Yo no le podía decir “por ustedes” porque no era por eso, o tal vez sí, pero ellos mismos me decían que no aguantara. Ahora piensan distinto. La toma de decisiones es muy importante.

-El abuso que tuve a los 7 años y que yo tapé durante 30 años. Al estar en el grupo e impartiendo talleres me ayudó a sacarlo y poder entender, porque en ese proceso yo creí que mi mamá no me quería por haberme sacado de la casa. Cuando pasó el abuso, como niña, esperaba que mi mamá sacara a mi padrastro y que yo me quedaría con ella, pero fue todo lo contrario. A mi me sacaron y fui a vivir con la abuela, con la tía; entonces yo no entendí esa parte de mi vida, la tapé. Cuando iniciamos la investigación para esta obra, pude hablar con mi mamá y pude hacerle esas preguntas que no le hice durante todos estos años y que yo pasé cargando el sentimiento de no ser querida, eso fue muy importante. Pasó de todo y nunca se habló de nada, era un tema del que no se podía hablar. Y es hasta esta obra, la obra Naciendo, cuando yo entrevisté a mi mamá y le hice las preguntas que nunca le había hecho. Ahí pude entender que ella también sufría, sufría abuso. Ella me explicó que me había sacado porque quería protegerme, porque de él no se podía liberar, lo intentó muchas veces pero no podía. Fue hasta esta entrevista que yo pude entenderla, y poder ayudar a otras mujeres.

Cuando es abuso y violación siempre la culpable es la víctima. Ahora con esta obra podemos ayudar a otras mujeres, niñas, señoritas, darles una luz a ver qué no es es así, que ellas no son las culpables de ello y que pueden salir adelante, y que el ejemplo de ello somos cada una de nosotras que de alguna manera hemos sido abusadas. Pero tapamos cierta etapa de nuestra vida.

¿Cuáles dirías tú que con acciones cotidianas que desempeas ahora que son parte de tu autocuidado?

-Yo aprendí que hablando es como uno se cuida.

Hay que decirlo porque yo me recuerdo cuando yo tenía tal vez 15 años e iba en el bus, sentada y un hombre prácticamente se estaba masturbando en mi hombro. Yo me hacía a un lado y él seguía y yo no decía nada. Hasta que un señor que iba sentado a la par mía se dio cuenta, me dijo que cambiáramos lugares y el hombre que me estaba molestando se bajó. Pero yo no me atreví a decir nada, era muy callada. Solo aguanté. Ahora cuando me pasa algo así ya hablo. Aunque sé que me van a decir loca o lo que sea, pero yo ya aprendí que si a uno le molesta algo hay que decirlo, es una forma de cuidarse a una misma. Cuando van jovencitas en el bus y veo algo así, yo interfiero; y siento que ahí estoy ayudando en algo. Me he ganado problemas por eso, pero siento que uno tiene que cuidarse uno y  a las demás, porque somos las que más peligro pasamos.

– Considero que una forma de auto cuidado es la adquisición de conocimientos. A través de poder prepararme, de poder estudiar, de conocer mis derechos yo puedo cuidarme, puedo hacer valor mis derechos y tengo más conocimiento personal.

Uno va adquiriendo conocimiento y uno sabe que uno debe cuidarse, no solo la parte física sino también en el interior. Si yo tengo conocimiento no voy a permitir que otra persona me violente, no voy a permitir que nadie se quiera sobrepasar porque yo ya tengo el conocimiento. Por eso yo considero que una forma de cuidarme es prepararme.

En estos años, ¿te has sentido afectada en alguna manera por el trabajo que realizas?

– Cuando yo inicié a trabajar con Las Poderosas, en la iglesia (evangélica) me hicieron a un lado. Me sacaron de todo en lo que yo participaba por el trabajo que hacía. Sin embargo, yo no dejé de asistir a la iglesia. A los dos años, desde el altar  una persona  reconoció mi trabajo. Para mi eso fue un cambio total después de que me habían cuestionado todo y que reconocieran en público que era necesario el trabajo que yo estaba haciendo, eso fue muy satisfactorio.

¿Qué herramientas nuevas han desarrollodo para trasmitirles a tus hijas e hijos?

– La autonomía. Cuando algo no le gusta a mi niña, lo dice y ella cuestiona todo lo que le dicen. Cosa que yo antes no hice. Eso es algo muy importante, que ella tiene la libertad de decidir. Le he enseñado que tiene el derecho de opinar y si algo no le gusta lo puede decir.

-También cómo este proceso en nosotras ha repercutido en nuestros hogares. Porque los cambios se inician ahí, en casa. Nosotras veníamos de un patrón totalmente machista, patriarcal; ahora ya no replicamos eso en nuestro hogares. Con los hijos varones, les ensaño que entre todos podemos hacer las tareas del hogar. Son esos los cambios que vamos generando a través del conocimiento y que va permitiendo que ellos no crezcan en ese machismo. Intentamos que tengan mentalidades diferentes y que sus hogares ya no sean como fue el mío.

Sabemos que el machismo da como consecuencia la violencia, violencia de género, intra familiar. Esa relación de poder en que el hombre quiere tener en subordinación a la mujer es lo que genera la violencia, querer tener a las mujeres sumisas. Pero no debe ser así y a través de ese proceso estamos tratando que los hogares sean diferentes.

Cada vez que presentamos la obra esperamos generar conciencia y generar esos cambios que inician también desde nuestras familias.

Dentro de lo poco que se puede planificar el futuro, cuéntame qué viene para ustedes, qué preparan para el futuro.

– Vivir en mi casa, porque los de la mara me tiene amenazada y tengo que pagar semanalmente la extorsión. Pero voy a tener que salir de mi casa, por las extorciones de los mareros que les tengo que pagar. A veces lo pienso como una oportunidad para no quedarme acomodada y ver hacia a delante a cosas mejores.

-Terminar mi licenciatura y seguir trabajando para ayudar mujeres. Sacar el diplomado en especialización en género pienso en seguir trabajando con conocimiento.

– Veo que la organización crezca y que haya más mujeres que se vayan sumando. Ojalá un día tengamos una sede, visualizo un espacio propio, donde puedan llegar más mujeres, darle ayuda psicológica, ayuda legal. Expandir nuestro trabajo.

Para conocer más sobre Las Poderosas Teatro:

http://laspoderosasteatro.com/orgasmocantado/

Naciendo (obra teatral):

Link video de la obra: http://vimeo.com/112934829

Devolverle las olas al mar (Cortometrajes colectivos)

La Vagina (creación junto a mujeres de San Pablo La Laguna).

http://vimeo.com/66757060

La cocina (creación junto a hombres y mujeres de Nahuala)

http://vimeo.com/66743198

Orgasmo Cantado (Proyecto de creación Colectiva sobre sexualidad)

http://laspoderosasteatro.com/orgasmocantado/

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*Aída Fernández: socióloga guatemalteca. Ahora da clases en la Universidad del Valle. Su experiencia giró de aquí para allá, desde una librería, hasta un consejo de Estado. Se reconstruye constantemente porque considera que la vida se hace a cada rato.

 

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