Skip to content

Mujeres Indígenas y Rurales Luchando contra “Ellos”

  • JASS

Nosotras estamos en territorios estratégicos, estamos viviendo en territorios que no sólo generan vida, sino que también están siendo codiciados. Ellos están luchando por estos territorios, pero nosotras también estamos luchando,” dijo Lolita Chávez Ixcaquic, líder maya k’iche’, educadora y facilitadora de la Escuela Alquimia, sobre el desafío principal que enfrentan las mujeres indígenas y rurales en Mesoamérica hoy.

Desde las kuna de Panamá, hasta las mixtecas de la frontera de México con Estados Unidos, las mujeres indígenas y rurales luchan contra “ellos”—las empresas trasnacionales, los gobiernos con sus planes de desarrollo respaldados por policías y militares, los invasores, los grupos paramilitares y criminales. Simultáneamente luchan contra la discriminación y la opresión patriarcal en sus propias comunidades, organizaciones y familias 

Durante el Curso Mesoamericano en Liderazgo Estratégico con Mujeres Indígenas y Rurales en Defensa de sus Derechos llevado a cabo del 11 al 19 de mayo en Nicaragua, 20 activistas indígenas y rurales reportaron que la suya es una labor ardua y llena de peligro, pero por la alegría y energía que traen al encuentro se nota que a la vez es una labor marcada por la esperanza y el amor, y por el gusto de trabajar con mujeres que han sufrido experiencias similares y que comparten sus visiones de una vida mejor (leer su comunicado).

Este curso es facilitado por la Escuela Alquimia Feminista de JASS Mesoamérica, un proceso que incluye cinco talleres a través de dos años con el objetivo de responder a la necesidad de fortalecer los diferentes conocimientos, intercambio de experiencias y articulación de fuerzas que permitan a las mujeres indígenas y rurales enfrentar los diversos conflictos en sus territorios, mediante un proceso de educación popular feminista.

Aunque vienen de organizaciones que trabajan una amplia gama de temas—los derechos de las mujeres, la representación política y los derechos colectivos de los pueblos indígenas, entre otros—la defensa de la tierra y los territorios siempre está presente. Por un lado, porque las amenazas se agudizan día tras día. Una de las alquimista, zapoteca de México, explica la manera en que el proceso actual de despojo impacta en sus comunidades:

Para los pueblos indígenas es muy fuerte que no tengamos tierras. Porque la tierra es la base de nuestro sustento, de nuestra vida—no sólo de la alimentación, sino incluso de la vivienda. Es muy cruel no tener tierra.”

Y, por otro, porque la tierra no es un “tema” para ellas, es la vida misma y el centro de su cosmovisión. Como dice una alquimista, miskita de Nicaragua,trabajamos por la reivindicación de los derechos humanos de mujeres y niños y por los derechos de la madre tierra”.

Enfrentando a los megaproyectos, en defensa de los territorios

Al compartir sus luchas, coinciden en señalar que la llegada de las trasnacionales tras los recursos naturales supone una etapa de “re-colonialización” de sus países. Explica una de las alquimistas de Panamá que cuando llegaron los españoles a su tierra e intercambiaron el oro de los indígenas por un espejo,el señor (naso) llevaba el espejo a la casa y dijo ‘mira, me regalaron eso, es nuevo’. Y la mujer se queda viéndolo y dice ‘O, es una mujer –¡otra mujer!’ y era ella misma”, dice, entre risas, y continúa.”

Entonces son las cosas que nos cuentan nuestros abuelos, que con eso robaron nuestro oro, y cuando se dieron cuenta de que teníamos mucho oro, empezaron a matarnos, nos terminaron. Y hoy siento que es lo mismo. Nuestros ríos, nuestros recursos, todo lo que nosotros tenemos, nos van a matar por eso. Ahora, de otra forma…”

En su pueblo han instalado la hidroeléctrica del Teribe, en los ríos Bonyic y Teribe. aunque no pueden quitar la planta, el pueblo recientemente logró re-negociar el acuerdo con la Empresa Pública Medellín para lograr beneficios para sus 12 comunidades. Decidieron no permitir la entrada de ninguna otra hidroeléctrica en su territorio, debido a la afectación al río y al agua. Han pedido el reconocimiento de una Comarca Naso-Teribe por el gobierno panameño. Las hidroeléctricas, promovidas bajo el Proyecto Mesoamérica y financiadas por los bancos internacionales y gobiernos nacionales, están entre las amenazas más fuertes.

En El Salvador, las mujeres están luchando también por el derecho al agua, en este caso contra la contaminación y la privatización de áreas urbanas. Las alquimistas salvadoreñas narran la lucha en defensa del agua, y contra la instalación de una fábrica de baterías Record en San Salvador “porque iba a traer plomo a nuestra agua,” como habían documentado en otros casos.

Hicimos marchas, mandamos proclamas, y se hizo una concientización. Y lo que se logró es que se consensuaran con la misma gente de allí.” Como resultado de la movilización, se detuvo el proyecto. “Pero se van a ir a otro lado”, avisan.

Entonces, así está la lucha—para que todos estén conscientes de que vienen estas empresas a robar nuestros recursos y dañar el medio ambiente y matar a nuestra gente, porque ellos son grandes, pero ¿a costo de qué? A costo de nuestra salud y la vida propia de nosotras”.

Todos los países representados—particularmente México, Guatemala. El Salvador y Nicaragua—están frente a una embestida de la minería. Alquimistas de Guatemala vinculadas a la lucha contra el proyecto de minería Progreso VII en La Puya, Guatemala, dicen que la lucha empezó sin tener ninguna información sobre el proyecto, hasta llegar a un consenso contra la mina, que “nunca contó con el consentimiento de la comunidad”. Hasta la fecha, organizan rondas veinticuatro horas al día para no permitir la entrada del equipo de la empresa.

El movimiento de La Puya tiene un firme compromiso con la no-violencia. En este contexto, el liderazgo de las mujeres es una garantía. Dicen que aunque los turnos son principalmente de hombres:

En el momento en el que hay algo, somos las mujeres las que estamos al frente. Los hombres al principio decían ‘¿cómo es que las mujeres van a estar ahí? ¡Nosotros también!’. Pero ellos han logrado ver que una mujer puede resistir más que un hombre, porque el hombre por naturaleza es más violento y la resistencia de nosotros es pacífica, cero violencia”.

Días después de regresar a La Puya, la empresa KCA junto con la policía nacional lanzaron un desalojo violento contra la comunidad. El enfrentamiento sigue, las mujeres siguen encabezando la resistencia. En este momento, estas mujeres se están exponiendo a graves riesgos en defensa de su comunidad. La resistencia de La Puya también enfrenta una de las tácticas comunes entre los gobiernos de la región: la criminalización. Con varios participantes detenidos, han tenido que gastar mucho tiempo y recursos en la defensa legal, y la historia se repite.

Los megaproyectos eólicos y de cultivo de piña y palma africana son otras de las principales amenazas a sus comunidades y culturas. Una de las alquimistas kuna de Panamá advierte sobre el riesgo del negocio “verde por plata” que implican los proyectos de captura de carbón en su tierra:

En mi pueblo está llegando un señor y le dice a la gente que va a trabajar y es como decir que para él todo lo que está verde es plata y nosotros no sabemos qué es esto”.

Dice que ahora las autoridades están hablándole para indagar en el proyecto y dejar claro que no puede entrar sin el consentimiento de las comunidades.

Volver arriba